Cuando salís a la naturaleza, la vestimenta por capas se convierte en tu termostato de tecnología inteligente: te permite regular la comodidad, al ponerte y quitarte “capas” de ropa, a medida que cambia el nivel de actividad o el clima.

Para entender cómo usar correctamente las capas de ropa para actividades al aire libre, necesitamos conocer la función de cada una:

  • Primera Capa: gestiona la humedad y absorbe el sudor de la piel.
  • Segunda Capa: es aislante y retiene el calor corporal para cuidarte del frío.
  • Tercera Capa: te protege del viento y la lluvia.

Incluso si no usas las tres capas de entrada, es una buena idea llevar prendas que cumplan con el objetivo de cada una, para que puedas desabrigarte si entrás en calor y siempre prepararte para lidiar con el viento y la lluvia.

Primera Capa: Gestión de la humedad

Es la capa que va pegada a la piel y su función es alejar la transpiración. Por eso, en condiciones frescas o frías, se necesitan primeras capas tales como interiores térmicos largos y absorbentes, para mantener la piel seca y evitar que te enfries

Materiales:

Podés optar por materiales sintéticos, como el poliéster y el nailon, o las fibras naturales, como la lana merino y la seda. Todos cumplen su función, pero existen diferencias en cuanto a la absorción, el secado, la retención de olores y la durabilidad.

Peso:

Las opciones son: ligero, medio y pesado, aunque también podés encontrar términos como “ultraligero” en un extremo del espectro o “de expedición” del otro. Las telas más pesadas (más gruesas) te abrigan más, aunque ese no es el propósito principal de una primera capa.

Climas cálidos:

Aquí van algunas consideraciones sobre primeras capas para climas cálidos:

  • Cualquier remera o camisa de verano es una buena primera capa, sobre todo si está confeccionada con una tela que ofrece absorción, ya que la humedad se esparce a través de las fibras y permite la evaporación.
  • La ropa interior, como los calzoncillos y corpiños, también debe absorber la humedad.
  • Las capas base con clasificación UPF te brindan protección solar adicional para días soleados.
  • El algodón, considerado un NO rotundo en invierno, ya que absorbe el agua y en contacto con la piel puede enfriarte, está bien si estás al aire libre durante un día de verano super seco.
  • Existen membranas orientadas a enfriar la piel en días calurosos, como es el caso de la tela impregnada en partículas de cerámica.

Segunda Capa: Aislamiento y abrigo

La segunda capa es la que ayuda a retener el calor que irradia tu cuerpo. Como las prendas por sí solas no tienen la capacidad de generar calor, es importante que esta capa sea eficiente.

Materiales de la capa intermedia:

Existen opciones sintéticas y naturales. A continuación, analizamos algunos de los materiales más comunes:

  • Fibras de poliéster (el viejo y conocido polar):
    Está disponible en versiones livianas, de peso medio y pesado (a veces, comercializadas como polar 100, 200 y 300). Te mantiene caliente incluso si se humedece, seca rápidamente y respira bien. Sin embargo, el viento atraviesa fácilmente las fibras, lo que puede disipar el calor. Algunas prendas traen membranas rompe viento, pero de no ser así, podés combinar tu polar con una tercera capa que sea rompe viento.
  • Camperas de pluma:
    Al ser muy comprimibles, ocupan poco lugar en la mochila. Además, ofrecen la mejor relación de calidez por su peso. Las plumas pueden ser de ganso, pato o mezcla, variando en sus capacidades de compresión y retención de calor, según su poder de relleno (fill power), que va de 450 a 900. La pluma pierde eficacia aislante cuando está húmeda, aunque existen tecnologías que minimizan este efecto.
    El gran inconveniente de la pluma es que proviene de animales. Existen estándares de trazabilidad que aseguran un tratamiento digno al animal. Al adquirir estas prendas, cada quien es consciente de lo que hace. 
  • Camperas con relleno sintético:
    Los aislamientos sintéticos imitan la eficiencia de la pluma y cada año se acercan un poco más a este estándar. Aunque las fibras sintéticas no se comprimen tan bien como la pluma de ganso, son una opción popular para condiciones de lluvia, ya que mantienen la capacidad de aislamiento cuando se humedecen.

Tercera Capa: Protección del clima

La tercera capa te protege del viento, la lluvia y la nieve. 

Las llamadas parkas son una pieza fundamental de tu equipo, ya que si se filtran el viento y el agua en las capas internas, podés enfriarte seriamente.

La mayoría están tratadas con repelente al agua duradero (DWR), para que el agua se desprenda rápidamente de la tela.

Se pueden agrupar en las siguientes categorías:

  • Parkas impermeables / transpirables:
    Es la opción más funcional para condiciones climáticas adversas, aunque también la más costosa. Existen variedad de membranas en el mercado, siendo Gore-Tex la más conocida. 
  • Parkas resistentes al agua / transpirables:
    Son las más adecuadas para lloviznas, viento y altos niveles de actividad. También, son más económicas. Están hechas de telas de nailon o poliéster apretado, que permiten bloquear el viento y la lluvia ligeros.
  • Parkas blandas (soft shells):
    Enfatizan la transpirabilidad y son prendas técnicas pensadas para estar en actividad en condiciones de humedad. La mayoría cuenta con paneles de tela elástica donde el ejercicio lo requiere. 
  • Parkas impermeables / no transpirables:
    Estas parkas básicas están bien para los días de lluvia con poca o ninguna actividad (por ejemplo pesca). Por lo general, están hechas de nailon recubierto, que es resistente al agua y al viento. 

Algunos ejemplos

A menudo nos preguntan cómo aplicar capas para un clima determinado. Sin embargo, cualquier sugerencia basada únicamente en el clima, pasa por alto temas claves, como el nivel de esfuerzo y el metabolismo personal. 

Por eso, los ejemplos a continuación son para una persona hipotética, que no posee particularmente frío o calor de forma natural y que va a hacer un trekking de medio día, de nivel intermedio:

  • Capas para clima frío (algo de viento):
    Arriba, interiores térmicos largos; debajo, interiores medios de poliéster. Una campera de abrigo liviana con aislamiento sintético. Pantalones de trekking medios. Campera y pantalón rompe viento/respirable (pueden ser campera y pantalón impermeables).
  • Capas para clima lluvioso (temperaturas frescas):
    Arriba, interiores térmicos largos; debajo, interiores ligeros de poliéster. Micro polar ligero respirable. Pantalones de trekking sintéticos. Campera y pantalón ligeros, impermeables y transpirables (con rejillas de ventilación abiertas).
  • Capas para clima cálido:
    Ropa interior de poliéster y camiseta sintética de manga corta. Pantalón de trekking convertible. Campera rompe viento ligera.

Es fundamental que te tomés el tiempo necesario para ajustar las capas, a medida que las condiciones van cambiando. Por ejemplo, si la lluvia y el viento disminuyen, podés guardar la campera impermeable. Si el trekking no te hace entrar en calor rápidamente, arrancá la caminata con una capa intermedia. Luego, mantenela a mano para los momentos de descanso o de hidratación.

Antes de emprender un itinerario de aventura, es importante que siempre conozcas su nivel de dificultad

Para esto, en los recorridos de montaña y aventura, se utilizan sistemas de graduación que te permiten obtener información anticipada sobre la dificultad de cada ruta.

En este artículo de nuestro blog, queremos que conozcas la forma en la que medimos el grado de dificultad de los itinerarios de montaña y aventura de Huka, para que siempre sepas el nivel de preparación que vas a necesitar y la exigencia a la que vas a estar expuesto.

A este sistema de graduación, también se puede añadir un signo (+) donde las dificultades superen por poco las características aquí descriptas.

PRINCIPIANTE

Relajado (1)
Disfrutá una aventura, despejá la mente y conectate con la naturaleza a tu ritmo.

  • Actividad: 1-3 horas, la mayoría de los días.
  • Distancias: menos de 5 km, la mayoría de las veces.
  • Superficies: terreno llano.
  • Cambio de elevación: poco o nada.
  • Altitud: menos de 1000 metros.

Fácil (2)
Ideal para recién iniciados en los viajes más activos.

  • Actividad: 3-5 horas, la mayoría de los días.
  • Distancias: caminar hasta 10 km, pedalear de 15 a 50 km; la mayoría de las veces.
  • Superficies: terreno irregular, con algunas subidas y bajadas empinadas.
  • Cambio de elevación: hasta 600 metros por día.
  • Altitud: hasta 1800 metros.

Moderado (3)
Para quienes estén dando sus primeros pasos o quieran seguir sumando experiencia en la naturaleza.

  • Actividad: 5-8 horas, al menos, alguno de los días.
  • Distancias: caminar hasta 16 km, la mayoría de los días, pedalear entre 30 y 65 km; la mayoría de los días.
  • Superficies: terreno ondulado o montañoso con algunas subidas / bajadas empinadas y senderos irregulares.
  • Cambio de elevación: hasta 1000 metros por día.
  • Altitud: hasta 3500 metros.
  • Específico escalada: la escalada es un ejercicio de cuerpo completo y físicamente exigente. Sin embargo, podés descansar cada vez que quieras. Mientras estés en las áreas de escalada, tendrás la oportunidad de probar numerosas vías de dificultad variable.

INTERMEDIO

Exigente (4)
Recomendado para personas que realizan actividad física con habilidades básicas en la actividad.

  • Actividad: 8-10 horas, al menos, alguno de los días.
  • Distancias: hasta 20 km la mayoría de los días, pedalear entre 50 y 80 km, la mayoría de los días.
  • Superficies: Terreno montañoso y expuesto con ascensos y descensos empinados y senderos irregulares.
  • Cambio de elevación: hasta 1200 metros por día.
  • Altitud: hasta 4500 metros. Es posible que se requiera experiencia en altura.

AVANZADO

Difícil (5)

Diseñado para personas entrenadas y con experiencia en el terreno.

  • Actividad: más de 10 horas, al menos, alguno de los días.
  • Distancias: 20 km o más la mayoría de los días, en bicicleta 80 km o más la mayoría de los días.
  • Superficies: terreno remoto, montañoso y expuesto con ascensos y descensos empinados, senderos irregulares con características sueltas.
  • Cambio de elevación: hasta 1200 metros por día.
  • Altitud: puede superar los 4500 metros. Se requiere experiencia en altura.

Armar la mochila de manera eficiente, puede alojar una cantidad increíble de equipo, pero también es importante que su distribución sea equilibrada y que no se mueva al caminar.

La mochi se puede dividir en tres zonas y el almacenamiento periférico:

  • Zona inferior: ideal para equipo voluminoso y artículos que no se necesitan hasta el campamento.
  • Zona central: buena para equipo denso y pesado. Cuanto más pegado a la espalda se encuentre el peso, mejor el balance.
  • Zona superior: recomendada para elementos esenciales que podés necesitar en el camino.
  • Bolsillos para accesorios: los que necesitas con frecuencia y ante una urgencia.
  • Bucles para herramientas y puntos de amarre: para equipo de gran tamaño o largo, como los bastones de trekking.

La idea es llenar los rincones y huecos hasta que se tenga una carga sólida y estable, con el peso igualmente equilibrado en cada lado. Una vez llena, se ajustan las correas de compresión, para optimizar la carga y evitar que se mueva mientras caminás.

Zona inferior

Acá van los artículos voluminosos que no necesitas usar hasta el campamento. Por ejemplo:

  • Bolsa de dormir (por lo general las mochilas tienen un compartimento inferior diseñado para esto).
  • Capa con la que planeas dormir.
  • Calzado ligero de campamento.

Empacar este tipo de equipo blando en la parte inferior, crea un sistema interno de absorción de impacto para la espalda y la mochila.

Zona central

En esta parte, ponés el equipo pesado que no vas a usar durante el trekking. Incluye:

  • Comida planificada para el acampe o días posteriores.
  • Kit de cocina.
  • Combustible.
  • Camel bag (depósito tipo sachet para agua).
  • Cuerpo y cubre-techo de la carpa.
  • Ropa extra.

Empacar artículos pesados en esta zona y contra la espalda, crea un centro de gravedad estable y dirige la carga hacia abajo, en lugar de hacia atrás. Esto es importante porque si se colocan muy abajo, hace que la mochila se combe y, colocados demasiado alto, hace que se sienta inestable.

Podés usar artículos blandos, como medias o ropa, para llenar los espacios y generar amortiguación entre los artículos voluminosos.

¿Llevás combustible líquido? En ese caso, usá solo botellas para combustible homologadas y asegurate que la tapa esté bien cerrada. Empacala en posición vertical y abajo (separada) de la comida, para que, en caso de un derrame, no se contaminen los alimentos.

Zona Superior

Arriba de todo, colocamos los elementos esenciales para usar en los senderos:

  • Campera impermeable.
  • Campera de abrigo.
  • Botiquín de primeros auxilios.
  • Filtro o purificador de agua.
  • Kit baño (papel/toallitas húmedas, bolsa de basura personal, palita).

Dependiendo del clima y el itinerario, también se puede guardar la carpa en esta parte, para un acceso rápido si una tormenta llega antes de lo previsto.

Bolsillos para accesorios

Todas las mochilas tienen diversos bolsillos: en la tapa, delanteros, laterales y en el cinturón lumbar. Se usan para organizar los elementos esenciales más pequeños:

  • Carta y brújula.
  • Electrónicos.
  • Lentes de sol.
  • Protector solar y labial.
  • Linterna frontal.
  • Repelente.
  • Comida de marcha.
  • Botellas de agua.
  • Cubre mochila para lluvia (si no tenés cubierta de lluvia, embolsá todo el contenido de la mochila).
  • Llaves del auto (por lo general, hay un clip dentro de uno de los bolsillos).
  • Documentación.

Bucles para herramientas y puntos de amarre

Algunos modelos de mochila traen bucles y puntos de amarre para transportar objetos y herramientas, tales como:

  • Bastones de trekking.
  • Varillas de la carpa.
  • Aislante para dormir.
  • Piqueta.
  • Crampones.
  • Cuerda.

Las margaritas y las correas de compresión también se pueden usar para sujetar equipo que no se puede llevar en otro lugar.

Sin embargo, siempre hay que minimizar la cantidad de artículos que llevamos en el exterior de la mochila, ya que pueden engancharse en ramas o rasparse contra las piedras.