Si pasás tiempo al aire libre, es probable que hayas escuchado la frase “no dejar rastro”. Pero, ¿qué significa esto?. Se trata de las llamadas prácticas de bajo impacto, que nos permiten disfrutar y proteger nuestros espacios naturales.

Durante 2019, se registró un total de 4.3 millones de visitantes en los Parques Nacionales (PN) de Argentina. Año tras año, nuestro amor por la vida al aire libre le pasa la factura a la naturaleza: áreas impactadas con basura, especies invasoras, vida silvestre habituada, erosión de senderos, fuentes de agua contaminada y más. Si bien quienes participamos de estas actividades no tenemos la intención de dañar el entorno natural, es posible que tampoco tengamos el conocimiento para preservarlo.

Los Siete Principios de “No dejar rastro” (© 1999 por el Leave No Trace Center for Outdoor Ethics: www.LNT.org), proporcionan un marco de fácil comprensión de las prácticas de impacto mínimo, para todas las personas que salen a la naturaleza. Estos principios pueden aplicarse en cualquier lugar, desde áreas silvestres remotas hasta plazas y parques locales e incluso en el patio de tu casa. Es decir, aplican para casi todas las actividades recreativas al aire libre. Cada principio cubre un tema específico y brinda información detallada para minimizar nuestro impacto.

  1. Planificá con anticipación y preparate.
  2. Transitá y acampá sobre superficies resistentes.
  3. Disponé de los desechos y la basura de forma adecuada.
  4. Dejá lo que encuentres, no te lleves nada “de recuerdo”.
  5. Minimizá el impacto del fuego.
  6. Respetá la vida silvestre.
  7. Tené en consideración a las otras personas.

Planificá con anticipación y preparate

Esto aplica a varios niveles: si no tenés una buena preparación, es más probable que surjan inconvenientes. La falta de planificación puede llevar a situaciones de cansancio o miedo, obligándote a tomar malas decisiones. Planificar con anticipación, incluye investigar sobre el destino y empacar de forma acorde.

  • Investigá las regulaciones, particularidades ambientales y riesgos del área a transitar.
  • Programá el viaje, evitando los momentos de mayor concurrencia.
  • Salí en grupos pequeños. Si no fuera posible, una alternativa es subdividir los grupos.
  • Re-empaquetá la comida para minimizar el desperdicio.
  • Preparate para condiciones climáticas extremas, peligros y emergencias.
  • Usá GPS o navega con carta y brújula, para erradicar el uso de pintura de marcado, montículos de rocas u otros.

Transitá y acampá sobre superficies resistentes

Cuando estés explorando, preparándote para un picnic o por montar un campamento, buscá tipos de terrenos resistentes. Las superficies ideales incluyen senderos y campamentos establecidos. También roca, grava, pasto seco o nieve.

En áreas transitadas:

  • Usá los senderos y campamentos existentes.
  • Acampá al menos a 60 m de lagos y arroyos.
  • Armá campamentos chicos. Concentrá la actividad en áreas donde no haya vegetación.
  • Caminá en fila india en medio del sendero, incluso cuando esté mojado o embarrado.

En áreas prístinas (vírgenes):

  • Dispersá el uso de la zona para evitar la generación de acampes y senderos.
  • Evitá lugares donde el impacto recién comienza.

Disponé de los desechos y la basura de forma adecuada

Este principio se aplica a todo: desde papel higiénico y toallitas húmedas, hasta los desechos humanos, el agua de enjuague cuando te lavás los dientes y la basura en general.

  • Si vino con vos, vuelve con vos. Inspeccioná el campamento y área de baño en busca de basura o alimentos derramados. Embolsá toda la basura (restos de comida, envoltorios, papeles, etc) y bajalos con vos. Dejá siempre el lugar más limpio de lo que lo encontraste.
  • Para la caca 💩, debés contar con una pala pequeña para poder hacer agujeros de 15 a 20 cm de profundidad y enterrar los desechos sólidos (el papel/toallitas con las que nos limpiamos, bajan con vos), al menos a 60 m del agua, del campamento y los senderos. Al terminar, rellená y cubrí con la cobertura de suelo original. En algunas áreas naturales muy afectadas o campamentos de altura, como por ejemplo en el Parque Provincial Cordón del Plata, se requiere incluso que bajemos los desechos humanos: para ésto, es altamente recomendado el uso del Caca-Tubo.
  • El papel higiénico, las toallitas húmedas y otros elementos de higiene personal, debés bajarlos con vos. Para esto, es indispensable contar con una pequeña bolsa para los residuos personales.
  • Para enjuagarte el cuerpo o lavar los platos, tenés que transportar el agua necesaria a 60 m del cause. Para lavar vajilla, se recomienda el uso de piedras pequeñas u arena. Si usamos productos, deben ser biodegradables y en muy pequeñas cantidades. Al lavar platos, esparcí el agua “sucia” luego del enjuague. Una buena alternativa, para los lugares a los que llegás con vehículo, es usar un balde para todas las tareas anteriormente mencionadas.

Dejá lo que encuentres, no te lleves nada “de recuerdo”

Otra frase que debés haber escuchado si venís saliendo a la naturaleza es: “tomá solo fotos, dejá sólo huellas”, lo cual es válido, aunque ni siquiera dejar huellas es aún mejor.

  • Preservá el pasado: en innumerables itinerarios (sobre todo en el norte argentino) es posible encontrar estructuras y artefactos culturales o históricos. Se pueden examinar, pero no tocar o intervenir.
  • Dejá piedras, plantas y otros objetos naturales tal como los encuentres.
  • Evitá introducir o transportar especies no autóctonas. También es necesario limpiar las suelas del calzado, los cascos de los kayak y los neumáticos de las bicis entre viajes.
  • No construyas estructuras, muebles ni zanjas.

Minimizá el impacto del fuego

El fogón es un ritual de campamento atemporal, pero también es el más destructivo de los rituales. La mejor opción es no hacer fuego: existen calentadores livianos para cocinar y linternas para tener luz. Observar las estrellas es una excelente actividad nocturna y se disfruta mejor cuando se está en total oscuridad.

  • Donde se encuentre permitido, usá fogones existentes y/o habilitados.
  • El fuego debe ser pequeño.
  • Únicamente se puede alimentar de palos y ramas caídas. Tomá solo aquellas que puedas romper con las manos.
  • No llevés leña de otro lado, ya que puede introducir plagas o enfermedades. Si la vas a comprar, que sea de una fuente local.
  • Quemá toda la madera y el carbón hasta convertirlo en cenizas. Apagá el fuego por completo.

Respetá la vida silvestre

No te acerques a los animales. La mejor forma de contemplar la vida que nos rodea y disfrutar de los encuentros casuales con animales, es a través del zoom de nuestras cámaras o de un par de binoculares.

  • Observá la vida silvestre a la distancia. No sigas a los animales ni te acerques a ellos.
  • Nunca alimentes a los animales. Alimentar a la vida silvestre daña su salud, altera los comportamientos naturales (como suele suceder en el Parque Nacional Iguazú con los Coatíes, por ejemplo), generando una mayor exposición a depredadores, entre otros peligros.
  • Almacená correctamente la comida y la basura evitando que los animales accedan a ella. En muchos casos, se puede colgar de ramas o piedras, utilizando un cordín fino con el pico de una botella de plástico cortada enhebrado sobre el mismo. De esta forma, las “lauchas” más pequeñas y ágiles no pueden alcanzar los bultos.
  • Controlá a tus mascotas en todo momento. Si es posible, mejor dejalas en casa.
  • Informate de la vida silvestre, sus períodos y particularidades. Evitá los encuentros durante los momentos de apareamiento, anidación, crianza o en invierno.

Tené en consideración a las otras personas

“Tratá a los demás como te gustaría que te traten”, es una regla que también se aplica a la vida al aire libre.

  • Respetá al resto de las aventureras y de los aventureros. Cuidá la calidad de su experiencia.
  • Sé cortés, cedé el paso si tu posición es mejor, a quienes vienen subiendo o tienen propensión a desestabilizarse, ya que por lo general están realizando un mayor esfuerzo y vienen con más peso.
  • Existen sendas que son compartidas por senderistas, jinetes (o mulares) y ciclistas. Por lo general, se establece que el senderista tiene prioridad absoluta y que el jinete tiene prioridad sobre el ciclista.
  • Descansá y acampá lejos de senderos y visitantes.
  • Dejá que los sonidos de la naturaleza prevalezcan. Evitá las voces, la música y los ruidos fuertes.
  • Manejá a tu mascota adecuadamente.

Una de las consultas más frecuentes que recibimos es: ¿Cuánto debería pesar mi mochila?. Muchos factores influyen en la determinación del peso de la mochila, lo que dificulta dar una recomendación de peso exacta para cada persona. Para responder esta pregunta vamos a hablarles desde nuestra experiencia personal y nuestra formación profesional.

Mochila para trekking y senderismo

Para definir el peso de una mochila de trekking o senderismo, podemos utilizar estos lineamientos básicos y sumamente generales:

  • Una mochila cargada no debe pesar más del 20% de tu peso corporal.
  • Una mochila de excursión por el día no debe pesar más del 10% de tu peso corporal.

Usar porcentajes de peso corporal como guía te van a ayudar a mantener tu mochila en un peso manejable adaptado a tu propia capacidad. Pero no funciona en todas las situaciones, las personas pequeñas a menudo terminan cargando más del 20% de su peso, por otro lado las  actividades que requieran equipamiento técnico pueden influir sensiblemente en la ecuación.

Ahora bien, hay factores externos a nuestro cuerpo que juegan un papel importante en el peso total de la mochi:

  • Duración del viaje: cuanto más largo sea tu viaje, más comida, agua y combustible necesitarás llevar, lo que, por supuesto, añade peso a tu mochila. Incluso en itinerarios de varios días, vas a querer que tu mochila se acerque al 20% de tu peso corporal, por lo que debemos ser cuidadosxs con el equipo y la ropa que llevamos para compensar todo ese peso adicional.
  • Temporada / clima: si vas a salir con temperaturas frías, necesitarás ropa y equipo más abrigados y pesados ​​que si estuvieras haciendo trekking en un clima soleado de verano.
  • Preferencias personales: algunas personas valoran la comodidad en el campamento y están dispuestas a aceptar el peso inherente que conlleva transportar “lujos” como una hamaca, ropa extra o un aislante inflable. A otros nos parece bien usar la misma ropa durante días y dormir sobre un aislante ultra-liviano.

No es fácil, sobre todo cuando recién damos nuestros primeros pasos, saber cómo reducir el peso de nuestra mochila.

Y… ¿Cómo reducimos el peso?

La mayoría de lxs aventurerxs encontramos valor en llevar menos peso: ayuda a viajar más rápido, más lejos y más cómodo. Al momento de elegir que llevamos en la mochila es fundamental no comprometer nuestro bienestar, un botiquín de primeros auxilios es un buen ejemplo de un articulo que no tenemos que dejar en casa para reducir peso. Ciertamente, podemos elegir versiones livianas de esos artículos, pero no omitirlos por completo. También es importante pensar en nuestrxs compañerxs de aventura y no depender de ellxs para obtener comida adicional o una capa de abrigo extra.

Habiendo dicho esto, aquí van algunas sugerencias:

Conoce tu peso base: El peso base es cuánto pesa tu mochila cargada, menos los “consumibles”, como alimentos, agua y combustible. Esas cantidades varían de un viaje a otro y disminuirán a lo largo del viaje a medida que comamos, bebamos y cocinemos. Pero todo lo demás que vaya en la mochila, como la carpa, la bolsa de dormir, calentador y marmita, ropa…, no cambiará mucho de un viaje a otro. Conocer nuestro peso base nos provee de un número constante en el que trabajar para reducir el peso.

“Generalmente” se considera ultraligero ($$$) si tu peso base es inferior a 4,5 kg y ligero ($$) si tu peso base es inferior a 9 kg. La mayoría de los mortales ($) tenemos un peso base de menos de 13 kg.

Pesá tu equipo (solo para obsesivos): Usa una balanza de cocina y/o una báscula de equipaje para pesar todo tu equipo actual. ¡Esto incluye todo!, desde tus interiores térmicos hasta la carpa separada por varillas, cuerpo y sobre-techo. Registrar los pesos en una planilla de calculo es útil para comparar elementos a la hora de planificar, incluso nos permite probar distintas configuraciones del peso base en función de las necesidades de cada salida, una mochila para una expedición de altura puede implicar de base un peso muy distinto al de las mochilas de trekking y senderismo que describimos arriba.

Probablemente con los años tengas un puñado de objetos para usos similares, como dos camperas de pluma, y saber el peso exacto de cada cosa puede ayudar a decidir cuál llevar y cual dejar.

Los 3 grandes: La mayor parte del peso base de la mochila se encuentra en: la propia mochila, la bolsa de dormir y la carpa. Estas tres piezas fundamentales de nuestro equipo suelen ser caras, prestar especial atención a las características que ofrece cada marca y modelo nos va a servir para encontrar la mejor ecuación entre el peso, nuestras necesidades y nuestro presupuesto.

Un gran recurso para comparar y leer revisiones confiables de equipo que suelo usar frecuentemente es la página www.outdoorgearlab.com.

Planifica las comidas: ¿Quien no salió corriendo a la montaña alguna vez agarrando un montón de comida antes de salir por la puerta de casa? Es la mejor forma de terminar con dolor de espalda. Tomarnos el tiempo para planificar el menú, evitará que una cantidad irracional de comida termine de paseo en la mochila. Un objetivo razonable es de 700 gr a 1,1 kg de comida (o de 2500 a 4500 calorías) por persona por día, dependiendo tu tamaño, peso y el nivel de esfuerzo a realizar. Es aconsejable llevar un poco de comida extra.

Re-empaca: ¿Necesitamos un tubo gigante de pasta de dientes para un viaje de fin de semana? ¿Qué pasa con la caja de cartón del arroz listo que nos comemos arriba? Re-empacar es una manera fácil de ahorrar peso. Se pueden usar empaques pequeños de viaje reutilizables para la pasta de dientes y el protector solar.

En cuanto a la comida, en lugar de llevar el empaque original con todo el contenido, se puede fraccionar según lo que necesitemos en bolsas tipo Ziploc, son pequeños, simples, livianos y reutilizables. La comida liofilizada no debe re-empacarse y debe transportarse como viene.

Por último, podemos prescindir de los empaques individuales u objetos complementarios de nuestro equipo que suman peso innecesario a la mochila. Estos objetos son por ejemplo la bolsa para guardar la carpa o las estacas, si sabemos de antemano que no las vamos a usar.

Crea la lista de equipo para tu salida: Contar con la lista de equipo cuando estas armando la mochi te ayuda a llevar solo lo que realmente necesitas y no olvidarte de nada. Debemos evitar llevar articulos de único uso, por ejemplo una almohada inflable. Fácilmente podemos usar nuestra campera de abrigo para lograr la misma comodidad sin aumentar el peso.

¡A armar la mochi!

No importa cuán liviano sea tu equipo, abarrotar cosas en la mochila al azar o dejar objetos “colgando” por fuera, seguramente resulte en una carga incómoda e inestable. Existe un método para que la mochila quede equilibrada y segura, pero ya es materia de otro artículo: Armar la mochila

De forma lenta e irreversible, el invierno ya está cediendo su control helado en nuestros senderos preferidos. Para la mayoría de nosotrxs, el clima cálido augura el regreso a las sendas después de unos meses fuera de actividad, y esas primeras caminatas de la temporada no necesitan fatigarnos al punto de no disfrutarlas, o suponer días posteriores de dolorosa recuperación.

Aquí les dejamos algunos consejos para trabajar en los meses de otoño e invierno, que les pueden servir como punto de partida para una primavera y un verano llenos de exploración, nuevos senderos y cumbres.

Aprovecha al máximo el invierno

Es posible que muchos senderos estén cubiertos de nieve hasta bien entrada la primavera, pero eso no significa que no puedas caminarlos con raquetas de nieve o esquíes de travesía, ambas son actividades excelentes para mejorar el cardio y retener la fuerza de las piernas en pleno invierno.

Ahora bien, no todo en invierno se reduce a actividades en la nieve. Existen numerosas opciones y actividades de aventura para realizar en invierno cerca de los centros urbanos de Argentina, en las sierras de Balcarce a tan solo 4hs de Buenos Aires, existe un ecosistema de aventura para todos los gustos, con actividades que van desde el trekking, la escalada, cicloturismo rural, parapente y kayak.

Participar de un grupo de entrenamiento en un espacio público puede ser una gran opción, existen numerosos espacios verdes disponibles y en días lluviosos brindan una gran oportunidad para probar el equipo impermeable. Así, cuando salgas por el día o en un viaje de cinco días a la montaña en primavera, sabes que tu impermeable puede manejarlo.

Incorpora “algo” de ejercicio a tu rutina diaria

Pensá al ejercicio como algo que nos puede demandar un tiempo mínimo, como una parte entrelazada de tu rutina diaria. Estira el cuello y la espalda unos minutos cada mañana, cuando el clima lo permita camina o pedalea al trabajo. Incluso si son tres o cuatro kilómetros la mayoría de las personas pueden hacer el viaje en una hora. Si tenes que usar transporte, podes bajarte algunas paradas antes.

Estar y sentirse bien no tiene por qué ser una imposición enorme o un cambio de vida, es la clave para un régimen de entrenamiento exitoso, simplemente convertilo en parte de tu día, investiga maneras de incorpóralo de forma fácil y gradualmente en tu rutina diaria.

¡Acepta que la vas a pelear!

Acepta los cuádriceps ardidos, los pulmones gritando, las primeras caminatas van a costar un poco más. ¡No dejes que eso te impidan seguir saliendo! El malestar pasa a medida que regresamos a la actividad.

Estirar siempre luego de un día caminando o de una sesión de entrenamiento, incluso unos pocos minutos aquí y allá pueden marcar una gran diferencia.

Visualizar y planificar también son buenas formas de anticipar y aceptar lo que nos puede pasar, tener preparado el material, las cintas para ampollas, contar con algún relajante muscular en crema para aplicarse por la noche, son cosas que ayudan a poner la cabeza en la salida, a estar mejor preparados.